viernes, 11 de noviembre de 2016

Café Society (2016)


“I'm kind of half-bored, half-fascinated”

Bueno, chiquinas, pues el otro día vi Café Society y os voy a contar un poco…

ME CAGO EN TU ALMA, WOODY ALLEN, QUÉ MIERDA HAS HECHO.

Es que esto es peor que Blue Jasmine, de verdad, joder. Que siento discrepar con mi camarada Adrián, pero vaya tela.

Bueno, a ver, con calma os cuento de qué va. Woody Allen (Jesse Eisenberg) es un chiquillo de familia judía neoyorquina que se va a buscar la vida en Los Ángeles, al amparo de su tío, Woody Allen (Steve Carrell), que representa a grandes estrellas de la industria del cine. Trabajando para él se enamora de su secretaria, Woody Allen (Kristen Stewart)… Y hasta aquí puedo contar.

El primer problema ya está ahí planteado con menos ironía de la que podéis esperar. El personaje de Eisenberg es puro Woody Allen, como lo son todos los demás, en mayor o menor medida. Y no solo es que ya les hayamos visto demasiadas veces como para que despierten atención (un poco el caso Eastwood), sino que… Woody Allen interpretándose a sí mismo tiene su cierta gracia. Jesse Eisenberg no demasiada, precisamente.

Los estereotipos del cine de Allen vuelven también a estar presentes hasta el hartazgo. La reivindicación de Nueva York, el ambiente snob intelectual/elitista… Todo apesta a una falta de originalidad desde el primer minuto, lo que no contribuye a un buen sabor de boca. Por no hablar de que el discurso contra la intelectualidad vacía que representa el profesor comunista se vierte al final en un elogio de la “sencillez” (del hedonismo, vaya) que queda tan vacío y pseudointelectual como aquello que se critica.

La historia romántica no reviste el menor interés, en buena parte por la nula química entre los protagonistas (más allá de que tanto Stewart como Eisenberg son ambos más sosos e inexpresivos que un par de remolachas cocidas). Que me despierten mayor interés la historia mil veces contada del hermano metido en negocios sucios, los padres judíos que se tratan con cinismo (y un sexismo rancio de manual), o la señora que aparece durante medio minuto a recoger un abrigo y decir cosas… pues dice bastante sobre la capacidad de Allen para atrapar al espectador.

No todo es nefasto, cabe decir. La actuación de Carrell es decente, a pesar de lo poco interesante de su personaje; Corey Stoll construye a un Ben con mucha fuerza que se come la película en sus pocas apariciones (ya lo hizo como Hemingway en Midnight in Paris), y en general el apartado fotográfico es de lo más interesante que haya realizado Allen en sus últimas producciones.

Y… No mucho más. Frente a las limitadas virtudes, un final tan insulso como el guión del que supone broche, una pareja protagonista sin la menor química ni interés por el papel que interpretan (me ha parecido la actuación más cargante que haya visto tanto de Eisenberg como de Stewart, y eso es decir muchísimo), un humor irritante y poco novedoso, y una sensación de pérdida de tiempo increíble.

Me parecería la peor cinta que haya visto en la carrera de Woody Allen incluso si se hubiera ahorrado el repugnante machismo del protagonista y su horterismo (a juego con la película) cada vez que pone los brazos en jarras echando hacia atrás la americana. Por favor, paradle ya.

Es que ni fuera de pantalla deja de tener esa pinta hortera,
me cago en las muelas de Lasalle ya.
Y ya, hasta aquí mi indignación y cinismo crítico de hoy. Tampoco quería enrollarme mucho.

Allons-y!

Buenos días, y buena suerte.

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¿Tengo que ver esto?: Pues mira, no, creo que he dejado bastante claro que no.

¿Cuál es el mejor momento?: El breve homenaje a Howard Hawks y su “No me conocerás, soy un guionista” reconozco que me encandiló mucho. La trama de Ben en general es bien.

¿Dónde debería ver esto?: Pero que no lo veas, que te pongas Midnight in Paris ya.

Me ha gustado, ¿dónde hay más?: M.I.D.N.I.G.H.T. I.N. P.A.R.I.S. COÑO. (Y en otro orden de cosas, el juego con el metacine de Allen me gusta muchísimos enteros más en la bonica La rosa púrpura del Cairo, dónde va a parar; de su filmografía reciente romántica me gustó Magia a la luz de la luna, aunque sin ser tampoco mi favorita. En general, te recomiendo ir a la filmografía más vetusta de Allen, a los clásicos, aunque sea una comedia más pura y de corte muy diferente).

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