lunes, 12 de septiembre de 2016

Love (2016)


No soy una amiga de su hijo. Todavía tengo en mi interior su semen.

No suelo criticar comedias románticas a no ser que haya apuestas navideñas locas de por medio. Pero tengo demasiado tiempo libre y, aparte de buscar pelea en twitter, veo series. Incluyendo esta serie de una sola temporada - que parece que va a prolongarse en el tiempo - que trata del amor desde una perspectiva más gamberra. O eso parecía en un principio.

Netflix ha decidido gobernarnos a todos, por lo menos hasta que llegue HBO a España. Ya saca hasta su propio contenido original. Uno de sus proyectos del último año es Love. Sí, Adri, ¿qué demonios hacías viendo eso? Los moñas de Pablo y Jorge vale, pero ¿tú, hijo del heavy y del acero? Pues sí, señores. Estaba en una reunión de colegas y uno de ellos puso el primer capítulo. La verdad es que ese primer contacto no fue para nada negativo. Al contrario, fue divertido y era algo fresco. Por eso continúe por mi cuenta hasta el final.

La trama se basa en la relación que van desarrollando Mickey, una borracha majareta que no para de liarla parda, y Gus, un tipo inaguantable con pinta de Woody Allen al que todo el mundo odia o debería hacerlo. Sobre todo cuando, sin ninguna razón explicable, liga con pibones e incluso se permite rechazar tríos porque eran dos hermanas. Pero bueno, parece ser que el verdadero Woody Allen es peor en el tema de sexualidad así que... mejor lo dejamos aquí porque no quiero hacer chistes sobre pedofilia y cargarme mi carrera de concejal.



Por casualidades del destino, se encuentran y van teniendo primero una relación de amistad y luego una más romántica. Mientras estos dos tortolitos se van conociendo vemos compañeras de piso australianas, cuernos, canciones sobre la película de La tormenta perfecta, niñas mimadas de series fantásticas y un viejo barbudo que se apunta a todas las fiestas. Todo muy hipster. Ah, y muchas borracheras. Eso sí que es más propio de mí.

El encargado es Judd Apatow que fue director de Virgen a los 40 y productor de Supersalidos. Es un hombre con cierta tendencia al gamberrismo y el primer capítulo apuntaba a eso. La cita que abre esta crítica es testigo de ello. También podemos ver como la protagonista acude drogada a una misa de una secta. Al tiempo que Gus rechaza un trío, como ya comenté.



Los primeros capítulo tienden al caos. Fiestas sin control, insultos, borracheras, incluso a veces Gus tenía algún puntazo como tatuarle a un tipo cáncer. Sin embargo, la segunda mitad de la serie decae bastante aunque conserva un par de ases en la manga. El gran problema es que alguien vio mal que Mickey se emborrachase durante toda la serie, como si eso fuese un problema, y la convirtió en una emo que busca la atención de un tipo inaguantable.

El amor es un gilipollez por la que ninguna persona ni personaje debería arrastrarse. Sobre todo si es ese personaje quien está sosteniendo el show. Obviamente esto es una crítica personal mía. A lo mejor tú piensas que es mejor porque crees en el amor. Cada uno es como es y ambos podemos considerarnos mutuamente imbéciles y creernos con la verdad absoluta. Pero por muy oso amoroso que seas creo que podemos coincidir en que arrastrar a un personaje tan espontáneo, gracioso y adorablemente desastre como Mickey – muy bien interpretada por la actriz Giliam Jacobs que es conocida por Community - debería ser delito.

Que el personaje sea insoportable no tiene la culpa la interpretación de Paul Rust, que fue en un fotograma un Maldito Bastardo. Bueno mentira, es culpable ya que también es guionista. Otros personajes reseñables son: la loca compañera de piso de Mickey, Bertie; el negro gracioso y confidente que se ríe de su papel de negro gracioso y confidente, Kevin; y Heidi, que está para lucir un señor escote, dar celos y desaparecer de la trama de forma vaga y abrupta.



Tampoco quiero meterme mucho más con la serie porque realmente la primera mitad me gustó bastante. Era realmente original y fresca. La segunda mitad solo vemos eso a cuenta gotas. No es una serie de excesiva ambición y quizá no debería meterme con ella. Puede ser. Pero realmente me estaba gustando la primera mitad de la serie, y me parece una pena que pierda varios puntos a medida que la van haciendo más romántica. No solamente por el concepto en si, también por su forma de ejecución. Judd Apatow hizo la misma formula de juntar a una chica mona y popular junto a un tipo más friki en Supersalidos, y en más películas, y me gustó.  Pero bueno, como dicen en los fans de Almodovar, si no te gusta, no oigas oiga!!!

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Tengo que ver esto?: Si te gusto Love Actually, sí.

¿Cuál es el mejor momento?: El escote. Y cuando Mickey se emborracha y se lanza a la piscina desde el tejado.

¿Dónde debería ver esto?: En tu camita cubierto con tu mantita y algún diminutivo más.

Me ha gustado, ¿dónde hay más?: No controlo mucho el tema. Imagino que Love Actually. Y si quieres diversión absurda sin fin sobre un tipo incapaz de hablar y que no puede comprarse camisetas tienes A tres metros sobre el cielo y su secuela.

INCISO: Hola, Jorge al aparato. Como soy más moñas que Adri, quería aprovechar para decir que Love Actually es una película terriblemente sobrevalorada, y que el propio Richard Curtis ha escrito/dirigido cintas muy superiores, como Notting Hill o Cuatro bodas y un funeral (y saliendo del subgénero romántico, la magnífica Radio encubierta). Hugh Grant también mola en Mickey Ojos Azules. Y siempre nos quedarán Gerard Butler y Hilary Swank en Posdata: te quiero. Y dejad de ver moñeces y poneos con Machete, hombre ya.

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