martes, 5 de mayo de 2015

La canción del mar (2014)


"Esta es una caracola que mi madre me dio hace mucho tiempo. Póntela en la oreja y escucha con atención: oirás la canción del mar".


A Irlanda se la suele conocer por los estereotipos curtidos y asentados: el trébol, la cerveza y los leprechauns. Bueno, y también cuentan maravillas de sus paisajes y sus costas (preguntad si no a Jorge, que la conoce mejor que nadie). En cuanto a su cine, Calvary es el último gran título de una serie de grandes cintas que están poniendo al pequeño país norteño en el mapa internacional. Y luego... luego está Tomm Moore, que se encuentra estos días en Madrid, aprovechando el estreno de su última película en nuestro país.

Cuando en 2009 muchos se frotaron los ojos ante su ópera prima, El Secreto del libro de Kells, también cabía preguntarse qué podía ofrecer el talento del director a medida que hiciese más películas. Co-fundador de Cartoon Saloon, un particular Studio Ghibli a la irlandesa, Moore y su equipo de guionistas y animadores se han labrado un nombre en la industria y una reputación que, aunque siempre se verá ensombrecida por los "gigantes" del género (Disney/Pixar y Dreamworks), no caerá jamás en saco roto. Y menos después de concebir esta preciosidad.

Porque La canción del mar bien podría ser una de las mejores películas de animación que jamás se hayan hecho y uno de los mejores títulos de este año en general. Aquí a España ha llegado tarde y sin apenas publicidad (cómo no) y desde el blog vamos a intentar por todos los medios que, en la próxima Fiesta del Cine, gastéis sabiamente vuestro dinero en algo más que la secuela de Los Vengadores. Porque os queremos mucho y siempre pensamos en lo mejor para vosotros. Y tal.

Y no solo porque La canción del mar sea, como película, mejor que La era de Ultrón, sino por el hecho de que a niños y a mayores la entrada les parecerá aún más barata. La segunda película de Cartoon Saloon es una obra de arte con todas las letras, sin apenas puntos flacos, redonda, altísimamente disfrutable y con un encanto, ternura y calidad técnica que se sale mucho de la media. 



Y más en un año donde las nominaciones al Oscar en su categoría (Cómo entrenar a tu dragón 2, El cuento de la princesa Kaguya, Big Hero 6, Los Boxtrolls) han sido cintas del notable para arriba, con diferente estilo y temática pero siempre cumpliendo, agradando y llevando al espectador a salir más que satisfecho de haber gastado su dinero en la entrada. 

Dicho esto, salvo a la cinta de Takahata, La canción del mar supera ampliamente y en todas las facetas a sus competidoras, lo cual muestra de forma aún más cruel este año que el Oscar a Mejor Película Animada tiene menos credibilidad que Rajoy en una sesión de control al Gobierno. Aunque claro, si los críticos de la Academia sueltan cosas como estas, podemos entender un poco mejor el problema.

Entrando en la materia, criticar esta película es un asunto complejo, ya que se basa prácticamente en el análisis de sus incontables bondades, empezando por la historia que representa: la de Ben y su hermana Saroise, dos hermanos que viven junto a su deprimido padre en una pequeña isla después de que su madre desapareciese en misteriosas circunstancias. Debido al peligro del mar y a la curiosidad de la pequeña Saroise por las profundidades abisales, su abuela decide que lo mejor es llevárselos a vivir a la gran ciudad, a fin de que vivan una vida normal y estén seguros. No obstante, Ben descubrirá que su hermana es una Selkie, un ser mitológico que adopta la forma de una foca en el mar, y que de ella depende el destino de muchos seres mágicos que sufren un terrible hechizo. 



Dando apenas unas pinceladas por encima de lo que representa el argumento, su gran baza es, precisamente, que bajo esa capa de simplicidad se esconde una historia rica, dura, profunda, sentimental y de muchas variantes. Y a pesar de algunos cabos sueltos que se dejan a la interpretación del espectador, funciona fantásticamente, gracias a un ritmo pausado pero lleno de intriga, que cuenta con sus propias ventajas.

Una de ellas reside en los personajes, ya que, salvo algunos secundarios de rigor que tienen su momento justo, la gran mayoría ofrecen personalidades profundas, intrincadas e incluso oscuras, especialmente en los casos de Ben, su padre y alguna sobresaliente incorporación final. Saroise tiene un encanto particular unido a su propio carácter que no pienso destripar si no habéis visto la peli, y a la aventura se van uniendo personajes de toda índole y rareza, a cada cual mejor, más llamativo o extraordinario. 

Lo mejor de todo, en el fondo, es que aquí nadie es de piedra, y ello lo demuestran las realistas y demoledoras reacciones de los protagonistas ante los acontecimientos que se suceden, las heridas del pasado y el dolor acumulado que sale a la luz sin control, además de un proceso de maduración que se va gestando durante sus respectivas vivencias.



Aunque debo omitir detalles de la trama que tendréis que descubrir vosotros mismos, es justo decir que la historia de La canción del mar es, tanto por introducción, desarrollo como por su maravillosa conclusión (su final es tan bello como melancólico), una de las mejores que verás en mucho tiempo. Porque es mágica, emocionante y divertida a ratos. Por sus protagonistas, por cómo se van poniendo las cosas en su sitio, por su ambientación moderna mezclada con la estética de las leyendas tradicionales irlandesas, porque al acabar te deja con la mejor de las sensaciones y porque tiene una música y una animación que quitan el hipo.

Y es que si ya impresionaba sobremanera el glorioso apartado técnico de El Secreto del Libro de Kells, en este caso sobran las palabras: hay que verlo para creerlo. La animación de La canción del mar es el mejor homenaje posible al dibujo tradicional, al folklore irlandés y al arte en general. Huelga decir que algunas de sus secuencias son extremadamente bellas, las mejores que verás en una película animada o en carne hueso en muchísimo tiempo, sin exagerar. 



Los ambientes, el uso del color, de las formas, las transiciones, las expresiones, los planos... todo es una auténtica pasada. Y luego está la banda sonora, compuesta nuevamente Bruno Colais en colaboración con el grupo folklórico Kila, llena de cautivadoras y hermosas melodías y canciones que se quedan grabadas a fuego en la memoria y que dotan a los mejores momentos de la película de una atmósfera de matrícula. Espero y deseo, por otro lado, que se haya hecho un buen trabajo en el doblaje a nuestro idioma, ya que en el pase de prensa al que hemos asistido la hemos disfrutado en su versión original (impecable y con unas voces magistrales) subtitulada. 

Todas estas apreciaciones, junto con los muchos secretos que la película se reserva durante los 93 minutos más hermosos que recuerdo en mucho tiempo dan a entender que no estamos ante un título animado más. Estamos ante una joya, una proeza visual, un prodigioso y delicioso cuento infantil y no tan infantil que te llegará al corazón. 



Una obra maestra animada que se ha quedado sin Oscar por los mafiosos recovecos de su categoría en Hollywood, pero que gracias a su nominación se ha dado a conocer todo lo que ha podido y ha consagrado a Tomm Moore como el nuevo genio de la animación de nuestros días. Única en su especie y soberbia en su ejecución, La canción del mar es caviar cinematográfico que mayores y pequeños deberían ver alguna vez en su vida. 

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LO MEJOR:  su estética, secuencias, personajes, música, momentazos para la posteridad, historia, magia, capacidad para emocionar... 

LO PEOR: algunos asuntos menores en la trama que podrían estar mejor explicados. Que no se haya llevado el Oscar.


VALORACIÓN: 9,5/10. De lo mejor que verás este año en una sala de cine, tanto si te gusta la animación como si no. 

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Tráiler en castellano 




3 comentarios:

  1. Me has convencido, tengo que verla. Aunque seré el más viejo de la sala de cine que haya ido por propia iniciativa.

    En cuanto a los oscar.... Está claro que son un chiste porque últimamente.... frozen... los guardianes de la galaxia.... ejem, ejem

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    1. De lo de la vejez en sala de cine y ver pelis de animación creciditos hemos hablado con Tomm Moore en la mesa redonda tras el pase. Y ha dicho algo que me ha encantado: "cuando eres adolescente rechazas cosas que te gustaban de niño, como el cine de animación, y piensas que es una actitud adulta. Pero no hay nada más adulto que ser capaz de seguir disfrutando lo que te hacía disfrutar cuando eras un niño".

      De los Oscar también hemos hablado largo y tendido jajajaja Y cuidadito, a ver qué dices de "Guardianes de la galaxia", que aquí todos los del blog somos muy fans y apareció en nuestras listas de lo mejor del año jajaja

      En cuanto a la crítica de Pablo, la secundo bastante, nada que añadir. Una reseña fantabulosa y una película impresionante :)

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    2. A mi no me llegan la patata los guardianes de la galaxia

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