“ –El teniente coronel Django ha usado los fondos reservados
al proyecto para pagar prostitutas.
–¡Eso es mentira!
–Y para comprar drogas para él y sus hombres.
–¡Eso…! Bueno, ¡lo de las putas sí que es una sucia mentira!”
Volví
a ver esta cinta el otro día, e inmediatamente me embarqué en una odisea de
críticas, discusiones y análisis, en los que mucha gente demostraba odiarla
bastante. Yo soy de los que no, como es obvio por el tipo de película ante la
que no encontramos.
Valga
decir, para empezar que Los hombres que
miraban fijamente a las cabras no es un peliculón. Se puede considerar una
película decente, sin más. Tiene cosas maravillosas y otras no tanto, y en
general deja la sensación de que podía haber sido mejor. Pero tiene algo
especial.
La
historia se abre diciendo que “en lo que vais a ver hay más cosas ciertas de
las que podríais imaginar”. Y es algo que no es impostura: la cinta está
inspirada/basada/qué se yo en un libro que indagaba en las investigaciones del
ejército de EE.UU. en los años 70 para utilizar elementos de la cultura New Age
y lo paranormal en aplicaciones militares. Muy bizarro todo.
La
película no se complica mucho la cabeza, y se centra en la mil veces contada
historia de un reportero, Bob Wilton (Ewan McGregor), que se topa con la
historia que no se cree al principio… y que no se empieza a creer hasta que
conoce al carismático Lyn Cassady (George Clooney), al parecer el mejor
mentalista de una antigua unidad militar dedicada a esas investigaciones: el
Ejército de la Nueva Tierra, liderado por Bill Django (Jeff Bridges), que se
dedicaba a localizar gente y matar animales con la mente, y esas cosas,
mientras bailaban y consumían estupefacientes.
A
partir de ahí, tenemos, básicamente, a Cassady y Wilton dando vueltas por Irak,
mientras el primero le cuenta al segundo la historia de Bill Django, de cómo
nació el Ejército de la Nueva Tierra y de cómo se fue todo al garete. Y poco
más, porque en la trama situada en el presente no sucede gran cosa, y aunque se
intenta entroncar esa historia con la historia de los 70, resulta un esfuerzo
bastante poco desarrollado.
La
trama de los 70, sin embargo, sí que tiene una enorme fuerza, y funciona,
básicamente, gracias al esfuerzo de los tres actores que la lideran: Clooney,
Bridges y Kevin Spacey como el cabrón que dio al traste con todo. Los tres
personajes repiten en la historia del presente; el problema es que resultan en
ella mucho menos creíbles e interesantes que en la otra. Con la excepción de la
evolución del personaje de McGregor, y un par de escenas realmente divertidas,
no ofrece gran cosa esa trama.
Sin
embargo, como digo, los recuerdos de Cassady tienen un enorme atractivo, no
solo por el hecho de la parte de verdad que los rodea, y que te hace pensar en
lo bizarras que pueden volverse las cosas en la vida, sino porque la historia
construida tiene encanto y carisma, y un mensaje a la vez cachondo como pocos y
muy bien trabajado.
Ese
cachondeo lleva a un sentido del humor que es lo que muchos critican de la
película. Decía alguien que da la impresión de que fue mucho más divertida de
rodar de lo que es verla, y sin negar la primera parte, discrepo con la
segunda. Ofrece la película un humor de situaciones surrealistas y absurdas
(ver a Ewan McGregor perdido preguntando lo que es un Guerrero Jedi no tiene
precio), de gente puesta hasta las cejas de LSD y… joder, ya sé que no es un
humor fácil de digerir, pero si te llega, como es mi caso, te tiras dos horas
riéndote como… como si hubieras tomado lo mismo que ellos, precisamente.
Además,
la música de Boston es cojonuda y le da la puntilla al asunto.
Allez-y,
mes ami!
Buenos
días, y buena suerte.
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LO
MEJOR: la evolución del personaje de Bob Wilton. Lo carismáticos que resultan
Clooney, Bridges y Spacey en la trama de los años 70. El humor que rodea toda
la cinta. La música de Boston. Y el mensaje al final de los créditos.
LO
PEOR: en general, toda la trama del presente es bastante floja. Y aunque a mí
me gusta, lo que más factura le pasó a la película es el hecho de que es muy
surrelista.
NOTA: 7,75/10.
Podría ser mejor. Pero divertida es un rato.
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