martes, 8 de abril de 2014

El gran hotel Budapest (2014)



“- En el catre era pura dinamita...
- ¡Tenía 84 años!
- Hmm, no ha sido la mayor.”

Nunca me ha cautivado demasiado el cine de Wes Anderson. Quizás sea algo arriesgado de decir, teniendo en cuenta que ver Moonrise Kingdom es una de mis prioridades, y que solo he visto una película de este señor. Así y todo, Los Tenembaums: una familia de genios no me convenció en absoluto. Tiene buenos puntos (como que es una de las pocas cintas donde soporto a Gwyneth Paltrow como actriz), pero le falta algo para llegarme.

Sin embargo, como ocurre con Moonrise Kingdom, hay películas de Anderson que me atraen bastante, y eso es lo que me sucedió con su último largometraje, El gran hotel Budapest, estrenado hace solo unas semanas.

Reconozco que cuando fui a ver la película no tenía la menor idea de qué era lo que iba a encontrarme. No sabía nada en absoluto, ni siquiera si se trataba de una comedia o drama (aunque a raíz de Los Tenembaums me esperaba algo a caballo entre ambas… cosa que en realidad sucede, en cierto modo), ni sobre qué discurría la historia.


No: lo único que me atraía de esta cinta, porque era lo único que sabía de ella, era su reparto. De 17 nombres que aparecen en el cartel de la película (de los cuales muchos tan solo tienen apariciones breves, casi cameos), 10 de ellos han estado nominados a un premio Oscar, la mayoría de ellos en al menos dos o tres ocasiones. Y tres de ellos (F. Murray Abraham, Adrien Brody y Tilda Swinton) lo han ganado.

Partiendo de esa base, la película ya tiene mucho ganado. Si además es capaz de dirigir a ese reparto (que además de los ya mencionados incluye a Ralph Fiennes, Bill Murray, Tom Wilkinson, Harvey Keitel, Jude Law, Jeff Goldblum, Edward Norton, Willem Dafoe, Léa Seydoux, Saoirse Ronan, Mathieu Amalric, Jason Schwartzman, Owen Wilson y Tony Revolori) con una precisión increíble, y construir personajes que se hacen memorables con tan solo un par de líneas o gestos, el triunfo en este aspecto está asegurado.

Y el que funcione tan bien en ese aspecto es una gran baza, pues en cuanto a la historia tampoco hay nada de especial que destacar. Se nos narra el relato del conserje del Gran Hotel Budapest, y cómo después de recibir en herencia un cuadro de valor millonario, de manos de una anciana enamorada de él, la familia de la difunta se lanza en su persecución para recuperarlo, mientras se pone como telón de fondo un mundo en guerra y de cambiantes fronteras en un país minúsculo.

La historia, como digo, no es nada del otro mundo, aunque sí lo es la forma de narrarla. El hecho, por ejemplo, de que el arco central sea el recuerdo de Zero, el ayudante (Tony Revolori) del botones (Ralph Fiennes... magistral, igual que quien le acompaña), que siendo mayor (F. Murray Abraham) cuenta la historia a un escritor (Jude Law), que convertido en un autor casi anciano (Tom Wilkinson) escribirá en un libro que leerá una niña en un cementerio. Un flashback dentro de un flashback dentro de un flashback.

Por otra parte, no solo el guión está bien desarrollado, sino que juega a dos aguas entre el drama que se apunta en algunos momentos (el pasado de Zero, las escenas en el tren, algunos tintes del final...) y el humor peculiar que destila casi toda la cinta, y que agiliza tanto el desarrollo.

Más allá de ello, la forma de narrar tiene un encanto muy especial y personal, bastante característico de Wes Anderson. Se reconoce su firma en cada plano, en cada transición (con rótulos muy de cine mudo), en la fotografía de colores vivos y alegres incluso en los parajes más desoladores (creo que es de las pocas personas que pueden usar camiones rosa pastel y quedarse tan agusto), en un ritmo ágil y muy cercano al lector... Es un desarrollo que hace que los puntos más predecibles de la historia se pasen por alto, y que el resto queden fijados en la memoria del espectador a la perfección.

Por ello, tanto el apartado sonoro como el visual van muy de la mano con esa dirección tan personal, y construyen una película única y preciosista, que desde luego, no deja indiferente.

Allez-y, mes ami!

Buenos días, y buena suerte.

---------------------------------------------------------------------------------

LO MEJOR: el reparto, y sus actuaciones, son de matrícula. Hay escenas con una tensión genial, y en general funciona muy bien la simbiosis de humor con un cierto tinte trágico.

LO PEOR: quizás los cameos hacen que te fijes demasiado en unos actores de primer nivel sin apenas importancia en sus papeles, que desvían la atención. Y por momentos es demasiado rarita y peculiar (aunque a mí, personalmente, eso me gane).

NOTA: 8,25/10. Una obra genial de Wes Anderson. Lo que no me convenció en otra aquí me ha cautivado por completo, perfectamente desarrollado. Simbiosis única entre madurez, ingenuidad y personalidad.

---------------------------------------------------------------------------------

3 comentarios:

  1. La tengo pendiente, la última vez que fui al cine dudaba entre esta y Her, finalmente elegí la cinta de Jonze, pero tengo muchas ganas de hospedarme en este Gran Hotel Budapest, me encanta el universo de Anderson.

    ResponderEliminar
  2. Uan autentica maravilla narrativa, que junto (tanto por el guión como el manejo con la camara) como por a unas actuaciones magistrales dan pir a una de las peliculas que me han gustado en este 2014. Quizá no sobresaliente, pero aún así es un gran disfrute para el espectador.

    Como complemento, diría que se te ha olvidado comentar con mayor profundidad como clava a la sociedad europea pre-guerras mundiales.

    ResponderEliminar
  3. Chechu, entre "Her" y esta no sabría con cual quedarme... "Her" me gustó más, pero también es cierto que porque va más en mi línea. Ambas creo que son grandes películas.

    Y Adri, efectivamente, se me ha pasado comentar lo que dices, pero el retrato de la sociedad europea de principios del XX que hace es increíble, me encandiló en ese aspecto :)

    ResponderEliminar