"- ¡Deje de perseguirme!
- No puedo. Es mi trabajo."
- No puedo. Es mi trabajo."
Si
hay algo en lo que existe un amplio consenso en este polifacético mundo que es
el cine, es la opinión de que Steven Spielberg (“El Rey Midas”) es uno de los pilares
fundamentales del Hollywood de los últimos 40 años, y uno de los directores más
importantes de la historia, merced a su capacidad para agradar a público y
crítica por igual y de forma reiterada durante toda su carrera (algo que muy
pocos han conseguido).
Ese aprecio se lo debe Spielberg a cintas como esta. Sí, es cierto que el
director de Tiburón, E.T., Indiana Jones o Parque
Jurásico tiene cintas más flojas (os estoy mirando a vosotras, La guerra de los mundos y Caballo de batalla), pero ni tan
siquiera cuando más flojea llega a ser malo. Y por si el nivel general no fuera
ya alto, a veces decide superarse... y ya no hay quien quede indiferente.