domingo, 9 de octubre de 2016

El hombre de las mil caras (2016)



Yo solo hice todo lo que hacía todo el mundo.

Cada día podemos descubrir un nuevo caso de corrupción o un nuevo episodio en un juicio ya sea de Bárcenas, de Rodrigo Rato, Blesa, la Infanta o el yonqui del dinero. Pero no una epidemia actual, también hace veinte años cuando gobernaba un tal Felipe González – no sé si os suena el abuelito de Susanita – salieron escándalos de forma continúa. Los GAL, el caso Guerra o el caso Filesa son solo unos ejemplos.

Pero el caso que fue la puntilla para el PSOE de esa época fue el de Luis Roldán, el director de la Guardia Civil que aspiraba a ser ministro de interior. Pero el muy pillín tenía una cuenta en Suiza y puso pies en polvorosa hasta París. Este caso provocó dimisiones de más de un ministro - en esa época los políticos no habían adquirido la rajoynesca virtud de dejar que toda la marejada pasase sin inmutarse- y una búsqueda alrededor del mundo que duro varios meses hasta que fue detenido en el Sudeste asiático.
 
Antes de partir a París es cuando se encuentra a Francisco Paesa con el que acuerda blanquear su dinero y conseguir el mejor trato posible con el gobierno español. Paesa tiene talento para eso. Se la había metido doblada a la misma ETA. Ahora estaba en marea baja, despreciado porque su nombre salió en la investigación periodística de los GAL. Pero ahora va a resarcirse.

Soy el Señor Paesa. Solucionó problemas.

Al igual que McGyver, Paesa tiene mil y un trucos en la manga para salirse con la suya. Desde movimientos bancarios en Singapur aprovechándose de su sobrina o de un italiano borracho, pistoleros mercenarios internacionales falsos, guardias igualmente falsos de Laos y un hotelito muy bonito en París donde esconderse. Mientras Luis Roldán, que en apariencia es fuerte, se va derrumbando en la vida clandestina, al tiempo que lee en las revistas que su mujer está en la cárcel y que es en el hombre más buscado y odiado del país.

Eduard Fernández es quien da vida a este Paco Paesa con una actuación magistral y que huele a Goya que tira para atrás. Es el rey dentro de los personajes que pueblan esta España corrupta desde los tiempos del Conde de Lerma. Es uno de esos intermediarios que permiten a los políticos, muchos de ellos sin estudios, participar en complejas tramas bancarias internacionales.



El reparto lo completan José Coronado, que simplemente es un complice necesario, un narrador testigo de la trama; Carlos Santos que da vida a un frágil Luis Roldán que es parodiado hasta llegar extremos patéticos en el que nos puede dar pena si no recordamos elrobo al conjunto de españoles; y Marta Etura tiene un breve papel como esposa del director de la Guardia Civil.

La dirección está a cargo de uno de los directores españoles más relevantes de la actualidad, Alberto Rodríguez. Con esta película ahonda en la España de la transición aunque abandonando las investigaciones policiales que protagonizaron Grupo 7 y la galardonada Isla Mínima. Su trabajo de detrás de las cámaras es óptimo pero no al nivel de las anteriores.



Pero, junto al completo guión de Rafael Cobos, consigue que el visionado no sea excesivamente denso. Al contrario, es bastante llevadero a pesar de los movimientos y engaños de Paesa y el gran número de personajes. Alberto Rodríguez consigue un buen ritmo, lento pero agradable, gracias al montaje y el guión llega a tener momentos brillantes en los que podemos ver reflejada la España de hoy. Gran momento la escena sobre la música clásica que pone en entredicho a esta casta de ignorantes que se las dan de listos.

No es la mejor película de Alberto Rodríguez ya que no llega a la excelencia de La Isla Mínima, pero si que es un buen thriller político que puede que sea opacado por los otros thrillers con los que se despide el cine español en este 2016: Tarde para la Ira y Que Dios nos perdone. Pero estamos ante un film más que digno y que vuelve a poner a la luz a los canallas como Roldán. Lleven o no Tarjetas Black.

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Tengo que ver esto?: Si te gusta el thriller y los juegos políticos, sí.

¿Cuál es el mejor momento?: La cara final de codicia que pone Paesa frente a Roldán.

¿Dónde debería ver esto?: En un hotel de París lleno de fulanas de Laos.

Me ha gustado, ¿dónde hay más?: Ya he mencionado los thrillers españoles de este año, que tienen buena pinta, de Tarde para la Ira de Raúl Arévalo y que Dios nos perdone de Rodrigo Sorogoyen. Ambos protagonizados por Antonio de la Torre. Y por supuesto tenemos La Isla Mínima o Grupo 7, por mucho que en está última estorbe Mario Casas.

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